1. División del trabajo.
Ésta es la especialización que los economistas consideran necesaria para la
eficiencia en el uso de la fuerza de trabajo. Fayol aplica este principio a
todo tipo de trabajos, tanto administrativos como técnicos.
2.
Autoridad y responsabilidad. Fayol encontró que autoridad y responsabilidad están
relacionadas, siendo esta última la consecuencia de la primera. Concibe la
autoridad como una combinación -que se deriva de la posición del administrador
y de sus características personales- “compuesta de inteligencia, experiencia,
valores morales, etc.”.
3.
Disciplina. Contemplando la disciplina como “el respeto de los reglamentos y
convenios encaminados al logro de la obediencia, aplicación energía y demás
signos distintivos del respeto”, Fayol declara que la disciplina requiere de
buenos superiores, a todos los niveles.
4. unidad
de mando. Esto significa que los empleados solamente deberían recibir
órdenes de un supervisor.
5. unidad
de dirección. De acuerdo a este principio, cada grupo de actividades con el
mismo objetivo debe tener un director y un plan. A diferencia del cuarto
principio, se refiere a la organización del “cuerpo directivo”, más que al
personal.
6.
Subordinación del interés individual al general. Esto es evidente; cuando
estos dos tipos de intereses difieren, el administrador debe reconciliarlos.
7.
Remuneración. La remuneración y los métodos de retribución deben ser justos y
propiciar la máxima satisfacción posible para los trabajadores y para el
empresario.
8.
Centralización. Sin emplear el término “centralización de autoridad”, Fayol hizo
referencia al grado en el cual la autoridad se encuentra centralizada o
descentralizada. Las circunstancias individuales determinaran el grado de
“centralización el mejor rendimiento general”.
9.
Jerarquía de autoridad. Fayol concibe esto como una cadena de autoridad, la cual va de
los rangos mayores hasta los menores ya aunque no debe ser estructurada a
niveles innecesarios en detalle, si debería hacerse en tramos más bien cortos.
10.
Orden. Dividiendo este en material y social, Fayol se adapta al
sencillo refrán de “un lugar para cada cosa (cada uno), y cada cosa (cada uno)
en su lugar”. Este es esencialmente un principio de organización para el
arreglamiento y ordenamiento de cosas e individuos.
11.
Equidad. Lealtad y dedicación
deberían inculcarse al personal mediante una combinación de benevolencia y
justicia por parte de los administradores al tratar con los subordinados.
12.
Estabilidad en al tenencia de un cargo o puesto. Encontrando innecesaria
la rotación, por ser tanto la causa como el efecto de una mala administración,
Fayol señaló sus peligros y sus costos.
13.
Iniciativa. La iniciativa se concibe como el diseño y ejecución de un plan.
Precisamente por ser una de las más sutiles satisfacciones que un hombre
inteligente puede experimentar, Fayol exhorta a los administradores a
“sacrificar la vanidad personal” para permitir a los subordinados que la
ejerzan.
14. Espíritu de grupo. Este es el principio de “la unión hace la fuerza”, y también una extensión del de unidad de mando, y subraya la necesidad del trabajo de equipo, así como la importancia de la comunicación para obtenerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario